14 de mayo de 2012
Al sondear tu boca con mis dedos,
Se esparció mi excitación por tus
senos;
Para ir bajando por tu vientre
Culminando por tu sexo estridente
No puedo explicarte esa sensación
Que corría por toda mi sangre.
Era una tremenda invocación
Que le provocaba a mis instintos
hambre.
Mientras tus manos me arañaban,
Mis ojos te contemplaban fijamente,
Como asecha el rocío al alba.
Mi locura está en tu mente.
Entre tus sabanas mojadas
Se tejía este sueño alborotado.
Entre tu lujuria y tu almohada
Se encerró tu orgasmo con candados.
El Caballero de la Divina Noche