viernes, 30 de diciembre de 2011

No te mentiré

No te mentiré

(30 de diciembre de 2011)

Entre la lluvia que cubre hoy mi casa
Y con la falta de luz en el inmueble,
Me puse a pensar en lo que me pasa:
Este mes ya no se llama diciembre

Y tampoco este año dos mil once;
Comparten la suerte con estas letras
Que provocan que me llene de goce
Imaginando que las lees no muertas

Justo a la orilla de tus madrugadas
Sin importarte ni el camino ni el nombre,
Sin pensar en las sonrisas y miradas
Que le provocas a este intento de hombre.

Sabes que estos versos esconden nada
Y que para ti están dedicados.
No entiendo como soporta mi almohada
Sostenerte si es que estoy inclinado,

Cobijarte entre sueños de un iluso
Que siempre anhela y desea ser libre
Que el día de hoy se encuentra confuso
A la puerta de tu alma y tras el timbre.

No te engañaré con falsas promesas,
Ni con verdades que no pienso cumplir.
Mis estancias no pueden ser extensas,
Y habrá semanas que no esté junto a ti.

Esas noches no te sabrán a fresas
Si es que las intentas poner junto a mí.
Entre mi ausencia, querida princesa,
La soledad jamás es color carmín.

Y sin embargo, me atrevo a decirte
Que me duermo diciéndome tu nombre.
Hoy puedo marcharme, y bien tú irte
O colgarte esta medalla de cobre.


Salvador Yered

miércoles, 28 de diciembre de 2011

No tengas miedo

Me gusta imaginar que ya van entendiendo de qué se trata el cuento.

Y Yered se sienta frente a De Rey, quien le dice al recién resucitado que el miedo nunca lo ha detenido, que escuche lo que eso llamado amor le tiene que contarle. El amor le dirige estas palabras:


No tengas miedo
(29 de diciembre de 2011)

No puedo decirte cual es el motivo
Pues desconozco de donde nace esto,
Tampoco puedo ser creativo
Para inventarte algún cuento.

Simplemente nace, cariño, nace así.
De la nada, del nunca y del quizá.
Ni tú ni yo somos culpables, nací,
Y con mi voluntad, aquí está.

No intentes detenerme, no podrás.
No te des la vuelta, no me des la espalda,
No hay camino hacia atrás.
Sigue tu libertad alada,

Continúa por el sendero de enfrente,
Por el que te lleva a esa sonrisa,
Olvidate del miedo, se fuerte
Y conquista esa tierna brisa,
O en su defecto, deja conquistarte
Por esos ojos sin cenizas…


Salvador Yered

domingo, 25 de diciembre de 2011

Así se llama.

Hay veces que por más que escribo, pienso e intento detener a mis sensaciones, soy incapaz de hacerlo. A pesar de que veo muchos motivos para no dar tinta, me van brotando versos de las manos. Por más que intento no hacerme la idea, idealizo a quien penetra en mi mirada, a esa persona que atraviesa mi caparazón sin necesidad de espadas. Este poema, sin ser una declaración, va dedicado a una chica que en muy poco tiempo a pasado a ser algo más que una conocida.

(25 de diciembre de 2011)

No sirve de mucho jugar con los sentidos,
No vale la pena huir, vivir escondido.
Si yo lo quisiere, volaría muy lejos
De aquellos ojos y de todos sus reflejos.

Sin embargo, vuelo a ella, a sus manos tiernas,
A su mirada que me mira, van mis piernas.
A todos esos mundos suyos, mi universo.
A su sombra que se oculta, van estos versos.

Lo que nunca pudo pasar, pasó en horas,
Pero es así como cada demonio llora.

Su piel y sus ojos de color canela
Mantienen mi vista posada y en vela
Cuando hay música gracias a su invitación,
Cuando por poco se me escapa la razón.

Para mí mismo parece todo un misterio.
Para el otro que habita en mí, esto es siniestro.
Para ambos es un poco más que un cementerio,
Es el renacimiento de Yered, lo nuestro.

Es el regreso de un loco enamorado.
De aquel que asesinaron muy lentamente.
Pero es también, quizá, un nuevo candado,
Un sueño concebido muy tiernamente.

Quizá, por ser tan distintos, nunca pase más,
Tal vez usar los mismos verbos en tiempo quizá.
Se escape la duda y sus roces sean viento.
No sé si dejar a mi corazón cubierto.

Su piel y sus ojos de color canela,
Si te lo preguntas, se llama Pamela.

Salvador Yered

martes, 20 de diciembre de 2011

CIV

Poema corto, poco interesante, poca calidad, pero de arte mayor.

(20 de diciembre de 2011)


Pareciera que me da un regalo la vida

Después de tanto, tanto, tiempo del pasado,

Semejase a una revancha que se convida

Con las mieles de sentimientos encallados.

Mostrase como un rumor que se grita a la puerta

De cualquier ojo, oído, alma, corazón…

Pero a mi fiera espada no mantengo quieta,

Pues debo defender mi estado y caparazón

Que me han llevado de regreso a mi camino.


Pero si se trata de confesiones claras,

Puedo confesar que me resulta divino

Este desbalance cada que veo tu cara…


Yered.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Ayer que bailé contigo

En asuntos del corazón, me debo de andar con cuidado las fechas con 6 y 9, ayer 16 descuidé un poco mi coraza.

17 de diciembre de 2011

Confieso que me perdí en tu mirada,
Que divagué un rato en tu figura,
Me imaginé una enorme cascada
De tus enseñanzas y venturas.

Bailar nunca está en mis planes,
No forma parte de mi existencia,
No pensaba seguir esos canales
Pero tu voz dictó la sentencia.

El espacio me sugirió besarte,
Acariciar tus labios con los míos,
A quedarme con tu aliento antes
De que se lo adueñara el frio.

Pero me quedé con tu beso en la mejilla,
Con tu chocolate en el paladar,
Con tu caricia en mi espinilla,
Con tu definición del verbo amar.


Yered.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

vaaLeh

vaaLeh

(14 de diciembre de 2011)

¿Qué te puede decir este pobre poeta,
Este tipo que de ti conoce nada?
Quizá no encuentres aun la puerta
De esos sentimientos, ni tu mirada.

Pero ten calma, dulce doncella,
Que con el viento y las estrellas
Encontraras la calma y el cariño
De la brisa y los besos de un niño.

VaaLeh, esos tweets de llanto y frustración,
Eliminalos de tu corazón.

Tienes chispa en los pensamientos,
Luz en los ojos, candela en los labios,
Y mucha pasión en los sentimientos.
Dale a tu alma algunos cambios,

De esos que no te cambian,
De eso que jamás te dañan.
Sólo un cambio pacífico,
Un trance específico,

Un suspiro para poder decir:
“Te miro y no hay terror ni ternura,
No hay escozor ni sollozo.”
Mirate tranquila, fina figura,
Observate en paz y sano gozo.

Salvador Yered.

sábado, 3 de diciembre de 2011

A los sesenta y nueve días


(3 de diciembre de 2011)

Se nublaron las sombras frente a tu torso,

Deambularon hechizos entre el tumulto,

El sol navegó, entre las olas, de dorso,

El caballero se suicidó en lo oculto.

Santa campaña de noches en vela,

Huracán del peor mal agüero

Es este que osa naufragar en la estela

Sobre las flechas de aquel arquero,

Que no bastando su primera muerte:

Pidió a los wiccas que le otorgaran la suerte

De resucitar a los sesenta y nueve días,

Tomando como préstamo sus alegrías,

Sus sueños, su más íntimo tesoro:

El recuerdo de su primer decoro.

Así, volvió a ser hueso, carne: hombre.

Cubrió su desnuda piel con cobre,

Plata, oro, pero sobre todo: pasión.

Poseidón le dio escamas, Afrodita: belleza.

Y caminando por los estanques de la desolación

Se encontró con la misma fiera proeza,

Que por mucho la hizo ver menos que nada,

Sin darse cuenta que se confabuló la promesa

Con la más desgraciada de las hadas…

Del caballero no escapó el asombro,

Pues dos estrellas alumbraron su rostro.

Se levantó de entre los escombros

Aquel que no era nadie más que otro…

Esas estrellas corren hasta el infinito,

Lejos de aquel ser resucitado.

Y aunque su sangre sea frio vino tinto,

Su maltrecha alma deja llorando…



De Rey, al ver a Yered después de levantarse de entre las cenizas.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Elisa se llama

14 de noviembre de 2011,



Elisa se llama la italiana con la que me empaté,

Me enseñó a besar con poco amor,

A enamorarme por favor,

A perderme en su cabellera color miel.

Fue en una noche de disimulo,

En una fiesta de esas a las que voy.

Mientras le miraba el culo,

Me dije esto es hoy.


Intenté enseñarle a bailar bachata,

Ella hizo con el tango lo suyo.

Nos bebimos una cubata…

Nos embebidos en un murmullo.


Una sonrisa coquetona

Emergió del muelle de Turín,

Creyendo que era Barcelona,

Elisa me dijo que si.


Sólo bastó un trato:

Nada de volver a hablar

Al regreso a mi tierra.

Fue un tonto contrato,

Pues, después de la guerra,

Quiero volver a bailar.


Elisa se llama la italiana con la que me empaté.

Me enseñó a perdonar a la traición.

Le dio a mi alma la salvación.

Me perdí en su mirada azul, hace un año, este mes.


Yered

martes, 1 de noviembre de 2011

Hoy quiero




Jugando con los deseos de alguien más y un poco, también, con los míos, nació esto:(12 de septiembre 2011)

Quiero, con sinceridad, contarte
Que tu mirada me cautiva,
Que el monitor se vuelve hartante,
Que mi exaltación se aviva.
Quiero que, sin más, te enteres,
Pues mi interior me lo dicta.
Mi corazón no es lo que quiere,
Pero mi vista se ha vuelto adicta
A eso que tus ojos dicen,
A aquello que tu sonrisa invita…
No quiero que sea un deslice.
Quiero una tentación que excita…


Yered.