martes, 25 de diciembre de 2012

¿A quién le echo la culpa?


Publicado sólo porque la Chapulina me picó la cresta. Y como le puso hora al suyo, también le pongo hora al mío 

25 de diciembre de 2012, 5:45 am

No hay quien detenga los segundos,
Cronos lo suyo hace sin demora.
Se me va el sueño hora tras hora.
No hay razón ni suspiros profundos

Ni sexo ni charla ni otros mundos
Ni besos ni frío. Nadie decora
La antesala de la domadora
Habitación en la que confundo

Los juegos de niños y lo serio.
No le pido al olvido que me hable,
Ni camino por el cementerio

De aquella niña inestable.
Esto viene siendo un misterio
Con insomnio y sin una culpable.

Yered Enríquez.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Sin saber qué.

24 de diciembre de 2012

Sé su nombre pero no más.
Sé su aroma. Sé sus besos.
Conozco su afán de jugar
A escondernos entre la piel,
A mostrarnos sin conocer
Lo que llevamos por dentro.
Aun no entiendo ni encuentro
La razón de mis acciones
Cuando abundan sinrazones
En el campo de batalla.
Da igual que venga o se vaya
Si regresa al amanecer.
Es. Soy. Somos, sin saber qué.

Yered Badillo.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Judith


 Una madre alcohólica abandonó a sus seis hijos. La abuela Sandra, quien tenía 85 años, quedó a cargo de los pequeños. Judith, la más pequeña, una bebé de 2 meses, continuamente se enfermaba por falta de la leche materna. Llegó el momento en que Sandra no pudo más. No tenía dinero, no conseguía otro trabajo, no había quien le ayudara con los niños, su marido había muerto 5 años antes...

10 de diciembre de 2012

Ella se llamaba Judith,
Nació por accidente,
Por excesos, por querer vivir.
Muy temprano se hizo fuerte.

Su abuela, ya muy vieja,
No podía darle vestido.
Eran unos brazos y una reja
Los protectores escondidos
En aquellas paredes de cartón.
Sus hermanos mayores
Compartían el calor del carbón,
Los zapatos, el aire, el frío,
Los llantos, la lluvia, el rocío
Y los abrazos de su abuela
En aquella oscura callejuela.

Los años no pasan en vano,
Ese cabello completamente cano,
Con mucho dolor en el corazón,
Tuvo que decirles a sus nietos adiós
En brazos de desconocidos
Deseándoles, añorándoles, futuro mejor,
Por lo menos con almuerzo y vestido.
“Que los bendiga Dios”
Rezó todas las noches antes de su partir.
Aquella bebé ya no se llama Judith.

Yered Badillo.

martes, 4 de diciembre de 2012

Ayúdame a encontrarla.


Yigli 

4 de diciembre de 2012 

En mil novecientos noventa y ocho
Un miércoles dejó de ser un día cualquiera,
Ese día no fue como otro.
Esa tarde llegó mi pequeña:

Una bola peluda de miel,
Una enana juguetona
Y una chillona también.

Le he visto crecer y ella a mí
Entre risas y llantos,
Entre gritos y cantos.

Escandalosa, necia, rebelde.
No hay como no recuerde
A sus niños, sus vacas locas,
Esa vez que nos pasamos de copas,
Sus efusivas bienvenidas,
Aquellas salidas
Y sumantes anécdotas.
Pero ayer no estaba,
No la vi al pararme de la cama.

¿Dónde está? ¿Adonde fue?
¿Quién se la llevó? ¿Quién fue!
Hoy me recibió un ladrido,
El otro está perdido…

Nena, te busco y te espero. 
No sabes cuanto te quiero.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Llamado de civilidad

(2 de diciembre de 2012)

Se hace un llamado de civilidad,
De compostura, de seriedad,
De conciencia, de buenos hábitos,
De obediencia y legalidad.

¿Para qué rompen los cristales?
¿Para qué detienen el tránsito?
¿Por qué quieren llenar los hospitales
De ideales ya extintos?

Hay que guardar la compostura,
Que lo que quiero es la paz.
Fíjate en estas figuras,
Se llaman ejército y están…
A las órdenes del parlante.

Te sugiero que mejor  te calles
Y te lleves a tus amigos de las calles.
Nos conviene la unión,
No me gustaría ver correr tu sangre.
Ya tengo experiencia con aquel batallón
Que presumía su hambre.

Hago un llamado de civilidad,
De calma y conformidad.
Ya vi tu rostro, tienes mujer.
Atentamente: El del poder.

Sentimiento mexicano.