25 de noviembre de 2013
Siempre ando
por la vida discutiendo,
Sobrado de
argumentos para debatir,
Orgulloso,
rebelde, reviviendo
Sueños que
no son para mí.
Detrás de
esa fuerza hay un deseo,
Un secreto
demasiado irracional,
Que sea mi
rebeldía un “te quiero”
Para una
mirada celestial.
Veo a las
muchachas más bonitas,
Que por lo
regular son la mayoría,
Tan lejanas,
frívolas, indistintas
Frente a mí
y mis teorías.
Quiero una
princesa que odie su corona,
Una doncella
que no confunda el mañana con hoy
Y que sea
una brillante seductora.
Si la ven,
no le digan dónde estoy.
Yered Badillo.