14 de
diciembre de 2013
La metí en
mis laberintos
Profundos de
hierro,
En mis
sueños de convicto,
En mentiras
engañadas por deseos.
La tomé en
estos abismos
De mi culpa ilegal.
Ella venía
por hacer turismo,
Yo la recibí
como diosa terrenal,
No por
exagerar, sino por justo,
Porque eso
es sin duda.
Me tiene
loco, difunto.
Con sólo ver
su figura,
Nacen miles
de mitos
Alrededor de
afrodita
Y también cuentos
ya extintos.
Mi alma es
adicta
A sus ojos,
a su voz,
A sus manos,
al atroz
Sabor dulce
de sus senos,
Pero pudo
más mi vida que mis sueños.
Yered Badillo.