Tiene tu
alma una espada clavada
En su centro
de humo,
Sangra verdades
de nada
Y mentiras
que fumo.
Tiene tu cráneo
palabras discretas
En la reja
abierta de tus fauces
En la trampa
maldita e incierta
Bajo tus
estrellas fugaces.
Tienen tus
manos un cuerpo estridente,
Escandaloso y
contradictorio
Que me
bendice con la muerte
O mi
permanencia en el sanatorio.
Tiene tu
magia una nube marchita
Que impregna
de negro mi soledad.
Encierra tu
tumba maldita
Estragos de
mi libertad.
Yered Badillo
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