Se me suben
los sueños al cielo
Y en forma
de lluvia bajan.
Ni el mismo
infierno
Lo aguanta
en Kazan.
Decir si y
no da igual,
Ni ese oro
ni el otro son para mí,
Pero total
Aun lo puedo
vivir.
Por más
jodido: nieplojá,
Diélu vriéma
patieje chas.
¿Pero ella
dónde está?
Está sumergida
en otros labios,
En otro
deseo, pero la misma pasión.
Qué ojos tan
precarios
Los que
posee este soñador
Que juega a
flechar el oro
Cuando ya
hay ganador.
Yered Badillo
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