Yigli
4 de
diciembre de 2012
En mil
novecientos noventa y ocho
Un miércoles
dejó de ser un día cualquiera,
Ese día no
fue como otro.
Esa tarde
llegó mi pequeña:
Una bola
peluda de miel,
Una enana
juguetona
Y una
chillona también.
Le he visto
crecer y ella a mí
Entre risas
y llantos,
Entre gritos
y cantos.
Escandalosa,
necia, rebelde.
No hay como
no recuerde
A sus niños,
sus vacas locas,
Esa vez que
nos pasamos de copas,
Sus efusivas
bienvenidas,
Aquellas salidas
Y sumantes
anécdotas.
Pero ayer no
estaba,
No la vi al
pararme de la cama.
¿Dónde está?
¿Adonde fue?
¿Quién se la
llevó? ¿Quién fue!
Hoy me
recibió un ladrido,
El otro está
perdido…
Nena, te
busco y te espero.
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