9 de junio de 2010, Cali, Colombia.
Seis veces he escuchado este réquiem.
Seis veces más he escrito elegías,
Para declamárselas, dime a quién.
Hoy, una fecha más de ese día.
De ese día enfermizo, más triste,
poco a poco entiendo más algo,
aun no entiendo por qué te fuiste,
entiendo ahora que eres el lago
donde mis lamentos van a parar,
donde nada la melancolía,
donde sus aguas se hacen mar,
donde el silencio es mi agonía.
Lejos, lejos, pero aun me acompañas.
A ratos, tu presencia me roza
en diluvio de santa campaña,
mi pecho, sol, aun siente que goza
aquellas perdurables caricias,
dulces besos secretos, ocultos,
aquellos castos de toda malacia
que hoy son parte de los difuntos.
El Caballero de la Divina Noche
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