lunes, 26 de marzo de 2012

CII

9 de febrero de 2011


Hoy quedé absorto en mi ensimismamiento...

Me quedé en un mundo fuera de órbita,

en un pequeño espacio en movimiento,

en un cielo que sólo vomita

incansablemente sus lágrimas tristes.

Hoy me quedé en sueños y despierto

unisono, absorto dije: te fuiste.

Se fue y hoy estoy más que contento.

Y entre nostalgias empolvadas y necias,

entendí el valor de mi sentimiento,

las ingratas reencarnaciones ebrias,

susurrantes al alma y al viento.

Ellas me contaron mi suerte,

se acostaron sobre mi pecho,

me besaron hasta la misma muerte

mientras yo sólo miraba el techo...


Salvador Yered



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