sábado, 17 de noviembre de 2012

Llanto por José Martí No.4


En verdad es terrible el dolor que siento...

18 de noviembre de 2012

El casillero estaba ocupado
Por nuestras cosas y arreos.
Los mazos y velas de un lado
Y por otro la poesía y los cuentos.

Tan inseguros como siempre,
Tan expuestos como las espadas.
Al verlos me dio fiebre,
Me contuve para no irme de espalda.

Tantos años en pie de lucha
Librados con puritanos masones;
Tanto jurándole a la ducha
Que la mugre son esos cabrones

Y en menos de un año
Toda nuestra historia se fue al caño:
El llanto, las blasfemias, los desengaños,
El querer ser, las burlas, la confianza…
José Martí murió de esperanza.

Con gusto me dijeron: “se acabó”.
Sólo pude encoger los hombros.
La rebeldía de Valle se terminó.
Ahí están nuestros escombros.

Evita preguntarme por qué,
Desconozco la respuesta.
Sucede y no sé que es
Pero se amotina en la puerta
La falta de albedrío y conciencia.
La número cuatro no tiene presencia,
Le amputaron al ajefismo una pierna,
Un pedazo de revolución tierna.

Siempre la creímos inmortal
Como también viril.
El futuro nos pintó mal
Y también al alma juvenil.

Nos quedamos sin templo y sin cuna,
Sin esa mística, sin nuestra luna.
La decadencia es obvia.
Nos dejaron sin logia.

T·.·P·.·P·.·H·.· fraternalmente, Salvador Yered Badillo Enríquez.

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