Me gusta imaginar que ya van entendiendo de qué se trata el cuento.
Y Yered se sienta frente a De Rey, quien le dice al recién resucitado que el miedo nunca lo ha detenido, que escuche lo que eso llamado amor le tiene que contarle. El amor le dirige estas palabras:
No tengas miedo
(29 de diciembre de 2011)
No puedo decirte cual es el motivo
Pues desconozco de donde nace esto,
Tampoco puedo ser creativo
Para inventarte algún cuento.
Simplemente nace, cariño, nace así.
De la nada, del nunca y del quizá.
Ni tú ni yo somos culpables, nací,
Y con mi voluntad, aquí está.
No intentes detenerme, no podrás.
No te des la vuelta, no me des la espalda,
No hay camino hacia atrás.
Sigue tu libertad alada,
Continúa por el sendero de enfrente,
Por el que te lleva a esa sonrisa,
Olvidate del miedo, se fuerte
Y conquista esa tierna brisa,
O en su defecto, deja conquistarte
Por esos ojos sin cenizas…
Salvador Yered
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